Motorola Edge 30 Ult, review: análisis con características, especificaciones y precio

2022-11-14 14:39:47 By : Ms. Helen Peng

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Apellidarse Ultra está de moda. Samsung acuñó el calificativo con su Galaxy S20 Ultra, hasta Apple se ha dejado seducir por él con su Apple Watch Ultra, y Motorola se sube al carro con su Motorola Edge 30 Ultra. Cámara de 200 megapíxeles, 144 Hz de tasa de refresco y carga de 125W. Desde luego, tiene argumentos para ir a por todas con su nombre.

Hemos probado a fondo este Motorola Edge 30 Ultra, el que ya te adelantamos es una de las grandes sorpresas del año, a pesar de contar con un punto débil que nos demuestra que los números no lo son todo. Veamos qué esconde este terminal.

OLED de 6,7 pulgadas con curvatura de 53º Refresco de 144 Hz Refresco táctil de 1.500 Hz HDR10+ DCI-P3

Principal: 200 megapíxeles Samsung HP1, f/1.9, OIS Gran angular/macro: 50 megapíxeles, 117º, 2,5cm, f/2.2 Telefoto 2x: 12 megapíxeles, f/1.6

4.610 mAh Carga rápida de 125 W Carga inalámbrica a 50 W Carga inalámbrica inversa a 10 W Cargador incluido (con cable)

Doble SIM 5G SA/NSA WiFi 6 Bluetooth 5.2 GPS USB tipo C

Altavoces duales con Dolby Atmos Lector de huellas bajo la pantalla

Motorola - Smartphone Moto EDGE 30 ULTRA 12+256 , Gris

No me escondo, cuando vi este Motorola en fotografías me pareció poco atractivo. Pero en mano la sensación es, sencillamente, fantástica. La versión que hemos probado es la Interstellar Black, un acabado en cristal con un recubrimiento que lo hace brillar al sol, siendo bastante más discreto cuando la luz no incide sobre la trasera con tanta intensidad (de hecho, es casi negro mate si no le da la luz). Las huellas no se quedan marcadas y, aunque es algo resbaladizo, la sensación en mano es espectacular.

En algunas fotografías luce como un móvil luce como uno de esos móviles asiáticos de diseño extravagante, pero tanto el acabado como la calidad de construcción, cuando lo tienes en mano, te hacen cambiar al completo la percepción. Es uno de los móviles mejor rematados de este año, con un mimo y detalle dignos de la gama más alta.

El módulo de cámara, bastante curioso, tiene tres alturas: la base general del módulo, la base del sensor principal, y la propia lente del sensor principal. Si lo miramos por sus laterales, tenemos marcos planos, acabados en aluminio y con un recubrimiento mate que, también, repele las huellas. Todo bien con el diseño... hasta que le damos la vuelta.

La parte frontal de este Motorola Edge 30 Ultra está protagonizada por una curvatura bastante acusada en su panel, del que hablaremos pronto. No nos gustan demasiado las curvas, no tienen utilidad práctica y hacen la pantalla mucho más frágil por sus esquinas. Se disimulan en cierta medida al usar funda (incluida en la caja), pero si el panel fuese plano ganaría claros puntos.

En resumidas cuentas, este es el Motorola más premium que ha pasado por nuestras manos. Un móvil bonito, bien rematado y con muchísima personalidad.

360 Hz de tasa de muestreo y 144 Hz de tasa de refresco. Es difícil describir la absoluta fluidez que sentimos al tocar este teléfono. Los 144Hz no son un salto sustancial respecto a los populares 120Hz, pero los 360 Hz de velocidad táctil, si bien no son cifra récord, ayudan bastante. La tasa de muestreo táctil hace referencia a la propia respuesta de la pantalla, cómo responde esta a nuestras pulsaciones. A mayor tasa de muestreo, mejor responderá el panel.

Además de este buen punto técnico, la pantalla no peca de malas especificaciones en el resto de puntos. 6,7 pulgadas, tecnología P-OLED y compatibilidad con HDR10+. Para competir con las mejores echamos en falta algo más de resolución y un poco más de brillo. Se ve bien al sol, pero estamos empezando a ver unos picos de nits altísimos en la gama alta, y los 1.200 de este modelo lo alejan de los mejores. Tampoco pretende serlo por menos de 900 euros.

Hemos usado este Motorola con la funda oficial que viene en la caja (también viene con un protector de pantalla ya instalado, todo bien), la cual hace que no sea tan dramática la curva. No hemos tenido pulsaciones fantasma y, más allá del poco estético sombreado que generan las curvas, no se acusan problemas con los ángulos de visión, balance de blancos o colores. Quizás hay un extra de sobresaturación que no se termina de corregir en el modo "Natural", pero el balance general de la pantalla es muy bueno.

Además de poder escoger los dos modos de color, podemos ajustar el balance de blancos, configurar que la pantalla no se apague cuando la estamos mirando, el modo Always on Display y opciones curiosas, como encender los laterales del panel para que actúen como LED de notificaciones.

El apartado del sonido en este Motorola ha sido toda una sorpresa. Contar con altavoz doble y estéreo es ya el mínimo exigible tanto en esta gama como en la media-alta, aunque por debajo de los 1.000 euros la calidad suele dejar bastante que desear. No es el caso de este Moto, que suena de forma contundente, tiene buena presencia de graves y un volumen alto bastante potente, sin excesiva distorsión.

Motorola ha dotado a este Motorola Edge 30 Ultra de uno de los mejores procesadores del mercado, el Qualcomm Snapdragon 8+ Gen 1. Este SoC es más eficiente que el Snapdragon 8 Gen 1, pero sigue sufriendo ligeramente de algunos problemas de throttling. En otras palabras, tiende a reducir su rendimiento para que la temperatura deje de aumentar.

La buena noticia es que gracias tanto a los 144 Hz como al software limpio de Motorola, la experiencia con este Edge 30 Ultra es sobresaliente. Es uno de los teléfonos más fluidos que hemos probado actualmente, con un comportamiento a la altura de (casi) cualquier rival bastante más caro. Los 12 GB de RAM ayudan a mantener los juegos más pesados en segundo plano, y no hemos tenido el menor problema usándolo de forma intensiva.

El rendimiento sostenido no termina de ser impecable, ya que hay cierta caída cuando el dispositivo intenta mantener una alta carga de trabajo durante bastane tiempo. El lado positivo es que la caída no se nota lo más mínimo, al contrario que en otros rivales que sí dejan caer unos cuantos FPS cuando llevamos unos minutos jugando.

3D MARK (WILD LIFE UNLIMITED)

3D MARK (WILD LIFE STRESS)

Destacar, asimismo, el gran ejercicio que ha hecho Motorola con la gestión de temperatura de este teléfono. Hemos jugado a Genshin Impact con el cargador de 125W conectado, para comprobar si se calentaba en exceso. Ha mantenido la temperatura estable estando, de hecho, más fresco que algunos de sus rivales.

A nivel biométrico este Motorola cuenta con la combinación esperada. Tenemos un lector de huellas bajo la pantalla que funciona a una velocidad espectacular. Basta con posar el dedo para que se desbloquee de forma inmediata. Como complemento a este lector, tenemos un sistema de reconocimiento facial 2D mediante la cámara del teléfono. Rápido y preciso de día, no tanto cuando cae la luz.

Mucha carga rápida, no tanta batería. Esta es la filosofía por la que están apostando varios fabricantes, renunciando a los 5.000mAh en pos de un sistema de carga rápida de vértigo. Este Edge 30 Ultra cuenta con una batería de 4.6000mAh y un sistema de carga rápida de 125W.

La autonomía es correcta, y tendremos que abusar de cámara y gaming para agotarle la batería al final del día. El tiempo de pantalla, con uso mixto de 5G, WiFi y algo de juego, ha rondado las 6 horas de pantalla. No es un consumo récord, de hecho, va algo justito para un terminal de casi 7 pulgadas, pero llegamos al día sin agonías y, en el caso de que necesitemos un empuje extra, tenemos el sistema de los 125W.

En tan solo 33 minutos podemos cargar el dispositivo por completo. Media hora para reponer más de 4.600mAh. Si nos preocupa la vida útil de la batería, debemos saber que Motorola activa automáticamente la carga inteligente si lo cargamos de noche, para limitar el tramo del 80 al 100% y cargar más lento. Del mismo modo, si detecta que ha estado enchufado durante tres días, se activa la protección contra la sobrecarga.

Gracias, Motorola. Esta es la ROM que me gustaría ver en cualquier teléfono actual. Android 12 le sienta de perlas al sistema limpio de Motorola, sin bloatware añadido más allá de una app Moto que permite algunas configuraciones interesantes. Entre ellas, personalizar las fuentes del teléfono, acceder a tutoriales sobre gestos y configuraciones y acceder de forma sencilla a los añadidos de Motorola sobre Android Stock.

La interfaz es, prácticamente, la de un Pixel, con añadidos de valor como un Always on Display en el que podemos acceder a información sobre notificaciones con una pulsación larga (algo que tan solo Motorola hace, de momento), ajustes de tematización y algunos gestos personalizados. No tenemos el motor de temas adaptativos de Material You, por lo que cambiar el fondo de pantalla no cambiará el tema. Si queremos cambiar el color del mismo podremos hacerlo, pero de forma manual.

Una de las funciones estrella de este teléfono (y de los Motorola más ambiciosos) es Ready For, una opción que nos permite acceder a nuestro teléfono en interfaz de escritorio en la televisión. El ratón es el propio teléfono, a través de un pad digital. Podemos acceder a nuestras aplicaciones, reproducir los contenidos multimedia del teléfono, y la conexión es inmediata.

Motorola presume de tener "la cámara con la resolución más alta del sector", queriendo liderar en la guerra de los megapíxeles. Cuenta así con un sensor principal de 200 megapíxeles, con estabilizador óptico de imagen. A este sensor le acompañan un teleobjetivo de 12 y un ultra gran angular de 50 megapíxeles. Una configuración bárbara de software que deja las expectativas bastante altas. Pero antes de hablar de resultados, pasemos rápido por la app de cámara.

Motorola tiene una aplicación de cámara muy sencilla, con un carrusel en la parte inferior, algunos accesos en la superior y un funcionamiento correcto. Hemos notado algo de lag al disparar, sobre todo cuando vamos a grabar vídeo. El tiempo que pasa entre que nuestro dedo toca el obturador y la cámara empieza a actuar es, en ocasiones, demasiado elevado. Entendemos que trabajar con un sensor de tanta resolución no facilita la agilidad, pero debería haber potencia de sobra para moverlo.

Disparar a 200 megapíxeles nos dejaría sin memoria en un abrir y cerrar de ojos, por lo que Motorola recurre al clásico pixel binning para agrupar la friolera de 16 megapíxeles en 1. Obtenemos así fotografías de 12.5 megapíxeles, un tamaño bastante más estándar.

Los 200 megapíxeles son golosos sobre el papel, pero el precio para introducir tal resolución en un sensor tan limitado físicamente (no deja de ser un móvil), es que el tamaño de los píxeles es muy pequeño, de 0.64µm (un S22 Ultra, con 108 megapíxeles, tiene píxeles de 0.8µm, y un iPhone 14 Pro tiene píxeles de 1.22µm). Al igual que en la mayoría de terminales actuales, la carga de procesado es excesiva. En el caso de Motorola, el ejercicio con la saturación es algo exagerado, y obtenemos fotografías con colores bastante más vivos de la cuenta.

A nivel de detalle, disparando a 12.6 megapíxeles, obtenemos fotografías correctas, pero sin mayores puntos a destacar. El detalle es muy artificial (más de lo que debiera, teniendo en cuenta el gigantesco sensor con el que cuenta), hay un ejercicio de reducción de ruido muy agresivo, hasta el punto de convertir ciertas zonas de la fotografía en manchas, al eliminar la información que había en ellas.

El trabajo con el rango dinámico es bueno, obteniendo información en partes de sombra (bajas luces) y con un control de las altas muy bueno. Incluso en zonas bastante puntuales de alta luz logra mantener un buen trabajo de HDR y exponer toda la fotografía correctamente. Las fotografías tienen ese look algo extraño por el abuso con el procesado.

Si disparamos a 200 megapíxeles, volvemos a encontrarnos con algo "similar" a lo de Apple y ProRAW: una cosa es lo que puede hacer el sensor, y otra lo que decide el fabricante. Las fotografías a 200 megapíxeles, sin Pixel Binning y con menor carga de procesado, son mucho más naturales que las tomadas en modo automático.

Sorprende, no obstante, que el detalle es algo más rico, pero no mucho más. Y esto no es así porque con 200 megapíxeles no se pueda obtener mayor nitidez, sino porque la fotografía sigue sin estar del todo bien procesada. De hecho, a nivel de detalle, disparando a 200 megapíxeles no tenemos más nitidez que la mayoría de sus rivales disparando a 12.

Siempre es bueno tener un modo de alta resolución para poder ampliar sin miedo y, si alguien lo sigue haciendo, imprimir alguna que otra foto. No obstante, no nos ha gustado demasiado que el punto principal de este Motorola sea contar con una cámara de 200 megapíxeles, y que a esta cámara le vaya a costar estar entre las 10 mejores del momento. Más no es mejor, refinar el procesado va por delante de aumentar resolución. Por cierto, las fotografías en 200 MP ocupan entre 20 y 50 megas, aproximadamente.

Los otros dos sensores de este Motorola son un ultra gran angular y un telefoto 2x. Con el ultra gran angular pasa lo mismo que con el sensor principal. El global es muy llamativo y correcto, pero al ampliar encontramos un procesado poco digno de un sensor de 50 megapíxeles. Con el gran angular no suele buscarse el máximo detalle, pero en un móvil que ronda los 1.000 euros esperamos un poco más de calidad.

Respecto al zoom 2x, los resultados no nos han gustado. Si el procesado no podía lidiar con el sensor de 200 y el de 50, con este pequeño sensor de 12 megapíxeles lo pasa bastante mal, incluso de día. La calidad se aleja de lo que esperamos en un zoom óptico, el efecto acuarela es bastante intenso, y la interpretación del color no es precisa. Se agradece contar con algo de zoom para las situaciones en las que lo necesitemos, pero Motorola necesita una actualización que solvente estos problemas al procesar.

El modo retrato es uno de esos puntos casi inexplicables, más cerca de los resultados de un gama media-baja que de un terminal de tal calibre. La interpretación del color es errática, no hay detalle alguno, y el bokeh es del todo artificial. Buen trabajo con el recorte pero, más allá de eso, es un modo que he evitado usar a toda costa.

La fotografía nocturna es una grata sorpresa en el Motorola Edge 30 Ultra. No porque logre recuperar el detalle que no vimos de día, pero sí por un buen look general a nivel de balance de blancos, contraste y luminosidad. El modo noche es automático, aunque en ocasiones, si queremos una fotografía natural, recomendamos quitarlo.

Los modos noche suelen ser cada vez menos agresivos, pero no es el caso de Motorola. Aquí cambia al completo la exposición de la escena. Si la luminosidad es media, recomendamos dejarlo activo, ya que añade un plus a la fotografía. Si hay muy poca luz, tocará escoger entre una foto más realista y poco iluminada, o dejar al modo noche darlo todo e iluminar la escena de forma bastante artificial, aunque llamativa.

El selfie sufre del mismo problema que vimos con la cámara principal. Nos ha gustado que trabaja relativamente bien el HDR, pero el procesado de pieles es del todo inacertado, la cantidad de detalle no es buena (parece que la fotografía está desenfocada, pero es el lavado del rostro) y, en general, deja ver ese aire asiático de Lenovo que sigue rodeando a Motorola.

Con el vídeo, tenemos grabación hasta 8K 24 FPS. De nuevo, algo extraño hay a la hora de procesar. La colorimetría es algo extraña y a nivel de detalle es prácticamente obligatorio grabar en 4K para tener tomas aceptables. El sensor tiene un gran potencial para vídeo, pero no es sencillo procesar la información de un sensor de 200 megapíxeles.

El Motorola Edge 30 Ultra nos deja con una sensación más que agradable: la de que Motorola, por fin, tiene un dispositivo para competir en la gama más alta. El acabado está a la altura de móviles bastante más caros, el rendimiento es excelente, pese a algún problema puntual de thottling, el sistema de carga rápida de 125W nos salva el día y, a nivel de software, es una auténtica delicia.

No es el mejor exponente en cámara, pero no está lejos de un OnePlus, Sony o Realme de gama alta. No viene para competir por la mejor fotografía pese a los 200 megapíxeles, pero tiene un comportamiento solvente y alejado de gamas más bajas (salvo en retrato y vídeo), pecado que acusaban versiones anteriores de los Edge de Motorola.

Por menos de 900 euros, me atrevo a decir sin miedo que es una de las mejores compras en la gama alta, ya que cumple punto por punto, a pesar de ser mejorable en puntos como la cámara. Los 200 megapíxeles son un reclamo atractivo sobre el papel, no tanto en el uso práctico, pero el resto del hardware en este Motorola es intachable.

Motorola - Smartphone Moto EDGE 30 ULTRA 12+256 , Gris

El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Motorola. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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